Francisca Rivera Pérez

La maestra artesana Doña Francisca Rivera Pérez,  nació  el día 6 de junio de 1944 en la localidad de Tepango, Zacatipan del  Municipio de Cuetzalan, lugar en donde vivió  sus primeros 15 años de vida, posteriormente radicó en la localidad de Nectepec en donde contrajo nupcias y vivió con su esposo 19 años más, hasta que por fin decidieron emigrar hacia la cabecera municipal para el año de  1978. Su lengua materna es el náhuatl y el español lo aprendió al  llegar a  Cuetzalan centro.

¨Doña Panchita¨, como la conocen cariñosamente en su pueblo, no tuvo ningún tipo de educación académica, ya que en esos tiempos ir a una escuela era sólo un sueño, en primer lugar, porque la situación económica que se vivía era lamentable y, en segundo lugar, porque en aquellos años aún se tenía la idea en las comunidades que el estudio era sólo un lujo y pensaban que  la mujer se hizo para la casa, en la realización de las labores domésticas y el hombre para el trabajo en el campo.

A pesar de ello, Doña Francisca recuerda que desde los ocho años le llamaba mucho la atención los trabajos a mano que hacía su abuelita; ella practicaba también y a la vez jugaba con un tallo de plátano y bejucos que les daba formas, recuerda.

Gracias a la asesoría de su abuela y al entusiasmo de doña Panchita, a  los diez años de edad realizó su primera prenda artesanal  con hilo de verdad; la mitad lo tejió con dibujo y la otra mitad sin dibujo, (técnica llamada Brocado),  los dibujos ahí plasmados, desde la cosmovisión indígena, simbolizan los elementos primordiales para subsistir  en la madre tierra. Además también se plasman símbolos que expresan  la relación y armonía que hay entre el ser humano y la naturaleza; estos dibujos utilizados se pueden clasificar en figuras vegetales, animales, geométricas y entes sagrados.

Doña Panchita utiliza técnicas tradicionales como el tejido en curva en telar de cintura, lo que le ha valido ser reconocida hasta llegar a dar clases de telar en escenarios internacionales. De hecho ella es pionera en dar clases de telar e impartir talleres de rescate de técnicas tradicionales prehispánicas lo que ha mantenido vigente estas técnicas y tradiciones dentro de su comunidad, lo cual cobra especial importancia  pues antaño sólo se enseñaba al interior de las familias en el cambio generacional.

Ella recrea imágenes de su entorno y de la vida cotidiana, la actividad agraria, el cuidado de los animales, la concepción del universo, el sistema ceremonial, la mitología y los saberes tradicionales.

Las representaciones vegetales son muy comunes, hay especias silvestres y domésticas como guías de enredaderas, quelites, tomates, maíz, hojas de helechos, flores, frutos y semillas diversas. Los animales que más figuran son venados, caballos, gallos, conejos, monos, mariposas, colibríes, chachalacas, tordos, cotorras, guajolotes y patos. Las decoraciones geométricas son rombos escalonados, serpientes emplumadas, guías florales y estrellas. Existen símbolos sagrados como santos, vírgenes, diablos, ángeles y guardianes, árboles de la vida y elementos híbridos.

 A esa edad también aprendió a limpiar el algodón (o Coyuchi como se le denomina en el idioma náhuatl), esto gracias a que su mamá  les dejaba frecuentemente de tarea a ella y a sus hermanas, quitarle las semillas.

A partir de los 15 años se dedicó de lleno al trabajo de las artesanías y aunque   mayoritariamente hacía trabajos ajenos, a los 21 años empezó por cuenta propia a la elaboración de telares, Xochipayos tejidas con puntas de macramé, así como huipiles, rebozos, bufandas, entre otras muchas más.

Desde el año de 1978 cuando radica definitivamente en Cuetzalan, cada fin de semana, ofertaba sus productos en las calles de su nuevo Pueblo, esto lo mantuvo realizando  comenta ella durante 6 años

En el año de 1989 acude por primera vez a una exposición artesanal en la ciudad de  México, por un lapso de 15 días, en el mismo año participa de la misma manera en  Cholula Puebla a una exposición, y para el año de 1990 viaja para una exposición similar a la ciudad de  Xalapa Veracruz, y posteriormente en abril del mismo año a Coatzacoalcos del mismo estado y así sucesivamente, enalteciendo la cultura nahua de Cuetzalan mediante sus textiles bordados, ya sea a mano o en telar de cintura.

LOGROS Y RECONOCIMIENTOS

→El  21 de mayo de 1995 es un día muy especial para doña Francisca, ya que es invitada a Londres Inglaterra a impartir talleres de tejido e hilados al MUSEO BRITANICO, con la finalidad de promover al público inglés, talleres y demostraciones de textiles, por lo cual viaja a Europa y permanece allá del 25 de junio al 6 de julio del mismo año.

El 28 de noviembre del año 2001, nuevamente le hacen un llamado desde el extranjero, esta vez por el MUSEO DE TEXTILES DE CANADA, para realizar demostraciones de telar de cintura en el museo, para los alumnos y también para tejedoras  mayores de edad. Las fechas de la visita fueron del 23 de febrero al 3 de marzo del año 2002 y tuvo  la finalidad de demostrar  mediante talleres, las diferentes técnicas de gaza que se usan en el telar de cintura.

El 19 de Marzo del año 2010 ´doña Panchita´ es reconocida por el gobierno del estado de Puebla, como TESORO VIVIENTE POBLANO´ por su amplia trayectoria como Artesana Nahua de telar de cintura.

Para  el 28 de agosto del 2014, acude a la ciudad de México, para recibir al Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, en un evento especial para personas de la tercera edad, en representación de las mujeres artesanas nahuas.

La maestra Francisca Rivera, es ejemplo claro de tenacidad, dedicación y amor a la cultura Nahua. A ella se le reconoce en Cuetzalan  por ser Pionera en dar clases de telar e impartir talleres de rescate de técnicas tradicionales prehispánicas; como el telar de cintura en curva. Los 54 años de artesana la respaldan, sobre  todo mediante a aquellas personas que se han forjado en las artesanías textileras por enseñanza de la maestra, en cada taller que ha impartido, en cada consejo que brinda, y en cada acto de enseñanza que hace a los jóvenes y niños de su pueblo para que este importante legado de los abuelos no se pierda.

A continuación haremos  mención de algunos importantes reconocimientos y premios que ha obtenido doña Francisca Rivera, a  lo largo de su trayectoria artesanal:

→En noviembre de 1993 participó en el concurso” LAS MANOS DE MEXICO” en la categoría: Textiles de Algodón y Lana  telar de cintura, obteniendo una ´Mención Honorifica.´

→ En el año de 1994 participa en el “GRAN PREMIO DE ARTE POPULAR” obteniendo de igual manera una ´Mención Honorifica´. que se llevó a cabo el 21 de octubre  en la ciudad de México,

En noviembre de 1996, participa en el “IV CONCURSO NACIONAL DE ARTESANIAS TOLUCA “ en donde obtiene un importante reconocimiento.

→El 27 de octubre del año 2000 participa en el concurso” XXV GRAN PREMIO DE ARTE POPULAR”

→El 18 de junio del 2004 participa en el CONCURSO REGIONAL DE ARTESANIAS DE CUETZALAN, obteniendo aquí el PRIMER LUGAR, con un textil de rescate.

El 8 de diciembre del 2009 obtiene el 2DO LUGAR, al participar en la  categoría  de TEXTILES DE ALGODÓN TEJIDOS EN TELAR DE CINTURA”

 En septiembre del 2009.Obtiene un PREMIO ESPECIAL al participar en el concurso y exposición  regional de artesanías.

En octubre del 2010 le hacen un reconocimiento por participar en el IV CONCURSO DE ARTESANÍAS DE LA SIERRA NORORIENTAL DEL ESTADO DE PUEBLA.

Por último y no menos importante, cabe hacer hincapié que en el mes de enero a diciembre del año 2010 participa en un proyecto que se llamó “RESCATE DE PRENDAS PREHISPANICAS”  como maestra de textilería, utilizando diversas técnicas de aprendizaje en el telar de cintura y el tencohuipil. Este proyecto  tuvo como finalidad lograr persuadir a la población  en  aprender  la elaboración de cada uno de las prendas prehispánicas como son: blusas plisadas de labor, huipil en curva, nahuas, falda blanca  y fajas, estas para dama, con respecto a las ´prendas para caballero, se realizaron el coyocoton, camisa de manta, xochipallo y el calzón de manta, este proyecto se llevó a cabo en la ciudad de Cuetzalan.

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