SANTO TOMÁS CHAUTLA

Toponimia

El topónimo náhuatl se integra con las dicciones Chahuitl, lodo espeso, cienagoso; Tla, partícula abundancial. Transcrito al español equivale a “Lugar lodoso”

La lengua originaria de la población es el Náhuatl, aunque actualmente sólo el 10 por ciento de los habitantes de esta junta auxiliar son indígenas, específicamente 551 de las 5 mil 575 personas que residen ahí.

Es una antigua  población prehispánica, perteneciente al Señorío de Totimehuacan, por lo que su historia va paralela a éste. El templo, dedicado Santo Tomas Apóstol, construido posiblemente por los franciscanos, es de finales del siglo XVI.

En el año de 1650 "en virtud  de no ser suficientes y de buena calidad las tierras del pueblo de chautla, se ordena congregar los pueblos de San Bartolome y Santa María Asunción en el de la purificación, para lo cual se hicieron las diligencias correspondientes. 

Tanto política como eclesiásticamente, Santo Tomás Chautla estuvo sujeto a Totimehuacan . El 6 de septiembre de 1962 el Congreso del Estado, decretó que Totimehuacan con todas sus poblaciones quedaran agregadas al municipio  de Puebla

En esta demarcación se tienen como actividades principales la producción de café y la cantería; de hecho, se calcula que al menos el 50 por ciento de los pobladores se dedican a este último oficio.

La piedra es la materia prima de la cantería, variando las técnicas y herramientas empleadas en función de su dureza, fragilidad, composición geológica, dependiendo de si es grano fino, grueso, etc.

El proceso de trabajo comienza con la extracción de la piedra en las canteras, el despiece de los bloques, su aplantillado, para finalmente proceder a labrar los sillares.

Este proceso consta de cuatro fases, interviniendo en cada una diferentes artesanos:

Extracción del material, realizado por el cabuquero, siguiendo la veta, o hebra, con cuñas, marrón, barra y pico de recalar; troceado del bloque de piedra, realizado por el entallador, empleando cuñas, pico, mandarria y escuadra; regular las formas idóneas, realizado por el cantero, encargándose también de diseñar el boceto a tamaño natural o a escala; acabado final, realizado por el tallista o labrante, incluyendo a veces detalles decorativos.

Los antiguos artesanos marcaban sus trabajos con unos signos llamados "marcas de cantero", reconocibles entre ellos, los cuales también aparecían grabados en sus herramientas de labor. Eran marcas muy simples, compuestas de rayas, puntos, cruces, o con la letra inicial del nombre. Estos signos servían de referencia para conocer la producción de cada artesano; fueron profusamente empleadas en la arquitectura medieval.